Estudiantes ganaba en el Monumental con un gol de Leandro Desábato (PT 31m), pero se durmió y sobre el final (ST 47m) el Burrito consiguió la definitiva igualdad 1-1 para el Millonario. El Pincha terminó con diez hombres por la expulsión de Maximiliano Núñez.
Con una imagen impensada terminó este sábado el partido de River y Estudiantes en el Monumental: con Ariel Ortega, el ídolo que volvía a la titularidad, como el único capaz de empujar esa pelota que tanto se le resistió al Millonario durante un desarrollo opaco que había incluido al mismo Burrito, y convertirla en el 1-1 agónico. Atrás había quedado aquel primer tiempo en el que los de Alejandro Sabella habían sido dominadores del pleito y esa constancia con la que esbozaban una superiordad de equipo . Lejos de lucirse o de mostrar solidez, con más problemas que soluciones pero con empuje, los de Leonardo Astrada habían conseguido su premio que, a la vez, castigaba el conformismo rival.
A los 47, cuando ya nadie esperaba mucho más, el Enano enfrentó a Albil, éste llegó a rozar el balón pero lo dejó a mitad de camino y Ortega se vistió de héroe para empujarlo y anotar el empate. El epílogo llegaba con otro cachetazo a la parsimonia de Estudiantes y un sorprendente premio a la insistencia de River.
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